Guisante

El guisante es una planta de la familia de las legumbres. Guisante es un nombre que se aplica tanto a la planta como a la semilla, que es comestible.

Es de origen asiático y durante miles de años ha sido un cultivo importante por su contenido proteico. 

Durante mucho tiempo, se ha comido como grano seco y en forma de puré, pero ahora lo consumimos de muchas maneras y en todo tipo de elaboraciones. 
La zona principal de cultivo del guisante en Cataluña es la zona central del Maresme, aunque la variedad de guisante proteaginoso (guisante negro) se cultiva en el Baix Berguedà.
 

Imatge

 

  • La siembra del guisante se hace en septiembre y se recoge hacia abril, aunque también hay variedades que crecen antes.
    Actualmente, los trabajos de cultivo, desde la siembra hasta la cosecha, son, sobre todo, manuales. Los guisantes cultivados en el Maresme (guisante garrofal) son muy apreciados en nuestro país.

  • Cien gramos de guisantes verdes aportan 352 calorías, el 18 % del total diario recomendado. Además, también aportan carbohidratos, fibra, proteínas, sodio y agua, y minerales como calcio, hierro, potasio, magnesio, fósforo y cinc.

    Finalmente, destaca la aportación de vitaminas, como la vitamina A, la vitamina C, la vitamina K y las vitaminas B3, B5 y B9.

    El guisante, por sí solo, no contiene ningún alérgeno.
     

  • Con los guisantes podemos hacer todo tipo de platos, desde la tradicional crema de guisantes a la menta hasta guisantes salteados con jamón o, simplemente, cocidos con patatas y aceite de oliva virgen extra. Además, se acostumbran a añadir como ingrediente en varias recetas de arroz y paellas. 

    • A la brasa o al horno: se cocinan en la vaina, sin desgranar, o bien desgranados.
    • Cocidos: directamente desgranados o con la vaina.
    • Confitados: cocidos en un aceite suave. En este caso, es mejor no sacarlos de la vaina.
    • Conserva: se hierve el guisante desgranado y se guarda dentro de un tarro con aceite y esterilizado.
    • En escabeche: ponemos los guisantes en una cazuela con un buen chorro de vinagre, dos vasos de aceite, dientes de ajo, una hoja de laurel, dos ramas de romero, una rama de tomillo, pimienta negra y cebolla tierna picada. Sazonamos y cocinamos a fuego lento durante 15 minutos. Después lo ponemos dentro de un tarro de cristal y lo cerramos.
    • Tortilla o revuelto: se saltean con aceite de oliva y después hacemos la tortilla. Para el revuelto, se saltean y después se añaden los huevos, asegurándonos de que no se cocinen de golpe y removiéndolo todo bien para que quede cremoso.
    • Arroz: los utilizamos como complemento de un arroz salteado o cocido.
    • Salteados: los salteamos en una sartén a fuego alto y un poco de aceite.