Cuidemos el planeta
La sostenibilidad del sistema alimentario es uno de los retos centrales que debemos cambiar en nuestro mundo si queremos luchar por la emergencia climática, ecológica y sanitaria.
El sistema agroalimentario en su totalidad es responsable de entre el 21 % y el 37 % de las emisiones globales de efecto invernadero y, además, se prevé que este porcentaje aumente en las próximas décadas. Eso quiere decir que para combatir la emergencia climática es imprescindible transformar el sistema alimentario dominante y nuestras dietas. De hecho, hay que tender a adoptar una dieta de salud planetaria, que cuida tanto de la salud de las personas como del planeta.
El impacto de este sistema alimentario sobre el planeta no se limita solo a la crisis climática, sino que está fuertemente vinculado a la degradación de las tierras agrícolas, la contaminación de las aguas, la sobreexplotación de las pesquerías y la extinción masiva de especies, incluyendo la pérdida del 75 % de la biodiversidad cultivada y el 80 % de la deforestación.
Por si no fuera suficiente, gran parte de los alimentos son pobres en nutrientes, contienen residuos químicos y se encuentran envueltos en plásticos que a menudo también acaban contaminando suelos y aguas.
La alimentación sostenible, más clave que nunca en tiempo de riesgos globales
La COVID-19 nos ha dejado muchos aprendizajes. La pérdida de hábitats provocada principalmente por la agricultura y la ganadería industriales está generando las condiciones idóneas para que los virus se propaguen y aumenten las enfermedades zoonóticas. Y las restricciones de movilidad han cuestionado las cadenas de suministro de alimentos a escala global, visibilizando la importancia que tienen las personas que trabajan en la cadena alimentaria en nuestra sociedad.