Políticas Alimentarias Urbanas
¿Quiénes somos?
La Sección de Políticas Alimentarias Urbanas y Consumo Responsable está incluida dentro de la Dirección de Servicios de Economía Social y Solidaria y Alimentación Sostenible del Ayuntamiento de Barcelona y está dirigida por el Comisionado de Economía Social y Solidaria, Desarrollo Local y Política Alimentaria.
Si quieres saber todo lo que se puede hacer desde las ciudades, echa un vistazo a “Alimentació sostenible: manual per a ciutats.” o lee su versión resumida.
También puedes consultar los proyectos relacionados con la alimentación sostenible que se llevan a cabo desde el Ayuntamiento de Barcelona eneste enlace.
El papel de las ciudades
A pesar de su limitación competencial, las ciudades tienen un rol primordial en la transformación del sistema alimentario. Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y estas son grandes centros de consumo alimentario. En las ciudades se consumen más del 70 % de todos los alimentos producidos en todo el mundo. Es decir, que son las grandes receptoras de un sistema alimentario dominante insano, injusto e insostenible y, por lo tanto, también tienen cierta influencia y responsabilidad para impulsar grandes transformaciones.
Dar respuesta a algunos de los retos del sistema alimentario significa incidir en todos los niveles que sean posibles. En el ámbito urbano se puede incidir desde los niveles de los barrios hasta la ciudad-región y se puede movilizar una gran diversidad de actores para que cada uno actúe desde el ámbito donde se encuentre, así como para generar alianzas y colaboraciones. El mismo espacio urbano puede generar entornos que incentivan dietas más sanas, justas y sostenibles. Y desde la ciudad también se pueden visibilizar y revalorizar los entornos rurales donde se producen los alimentos.
Las ciudades son grandes motores de cambios culturales y transformaciones sociales de gran alcance. Son centros neurálgicos de innovaciones alimentarias, donde nuevas tendencias y estrategias emergen y pueden aportar nuevas soluciones para transformar profundamente los procesos o las prácticas alimentarias tanto en el sector privado como en el sector asociativo, las políticas y los proyectos. Asimismo, las ciudades son generadoras de nuevos discursos, prácticas culturales y también un ámbito clave para cambiar de manera sustancial los hábitos de consumo de la mayor parte de la ciudadanía que podría reducir los impactos del sistema alimentario sobre el clima y el planeta.