Melón
El melón tiene como nombre científico Cucumis melo y es una especie de la familia de las cucurbitáceas, proveniente de la región mediterránea oriental y el Asia occidental. Su amplio cultivo ha dado origen a numerosas variedades. La producción se extiende por todas las regiones cálidas de la mayor parte del mundo con veranos secos y calurosos. En verano, el melón tiene un alto contenido de agua y es la época del año en que están más dulces. Sus dimensiones dependen de la variedad y condiciones de cultivo, por eso podemos encontrar una gran variedad de tamaños, formas y sabores. Podemos encontrar melones desde 400 g hasta 20 kg con una gran variedad de diferencias organolépticas.
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- Cantalupo
- Melón de piel de sapo
- Melón amarillo
- Melón de Galia
- Melón blanco
- Hami o melón chino
- Melón japonés
- Melón yubari
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Las variedades más cultivadas en España son la variedad piel de sapo, que se cultiva mayoritariamente en Castilla-La Mancha y en la costa mediterránea.
La variedad tendral, que es un híbrido de la variedad piel de sapo y se cultiva sobre todo en Elche. Y el melón amarillo canario que, como ya dice su nombre, se cultiva en las Islas Canarias.
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Presente hace más de 4.000 años en la región mediterránea oriental y en el Asia occidental, el origen exacto de la especie silvestre es todavía desconocido. En la Capitulare de villis vel curtis imperii (una orden emitida por Carlomagno en la que manda plantar una serie de productos en los campos de cultivo) se refiere a los melones como "pepones" y les otorga poderes medicinales, por eso ordena cultivar más "pepones".
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La mejor época para consumir melón es durante los meses de verano, desde julio hasta septiembre, cuando se recolectan los melones cultivados al aire libre, teniendo cuidado de que el fruto esté completamente maduro y haya desarrollado su sabor dulce.
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La mejor forma de conservar un melón es poner la pieza entera en un lugar con poca luz solar y con un ambiente fresco y seco. Si la pieza está cortada, hay que dejar el melón en refrigeración tapado con filme transparente.
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El 80% de la composición de esta fruta es agua y las escasas calorías que aporta son debidas al contenido moderado de azúcares. La vitamina C posee acción antioxidante, al igual que el beta-caroteno. Esta vitamina interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. El beta-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo a medida que este la necesita. Esta vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el pelo, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Los melones reticulados se diferencian del resto porque son una fuente excelente de provitamina A (beta-caroteno), vitamina C e hidratos de carbono (principalmente sacarosa o sucrosa). Son una de las frutas frescas más ricas en sodio (10 miligramos/100 gramos de producto, frente a los 4 miligramos/100 gramos por término medio del resto de frutas).
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Calorías (kcal) 52,4
Hidratos de carbono (g) 13,1
Fibra (g) 0,8
Potasio (mg) 320
Magnesio (mg) 11,8
Calcio (mcg) 15,8
Hierro (mcg) 0,4
Vitamina C (mg) 32
Folatos (mcg) 2,7
Provitamina A (mcg) 3
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gelatina
Licuar el melón sin la piel y mezclar el jugo con goma xantana o agar-agar.
confitado
Pelar el melón sacándole las semillas y introducirlo en una olla cubierto con almíbar. Dejarlo un rato y poner la mezcla a secar en el horno.
mousse
Triturar el melón, añadirle nata y azúcar e introducir la mezcla en un sifón.
aire
Licuar el melón, añadirle lecitina y rectificar el pH, si es necesario.
helado
Hacer un puré con el melón, añadirle azúcar y congelarlo.
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Si tenemos demasiado melón y nos da miedo de que se nos estropee antes de comerlo, podemos hacer sopas frías, por ejemplo, con un poco de zumo de limón, una punta de ajo y menta. También podemos congelarlo a trozos para hacer batidos, o bien triturarlo y ponerlo en vasitos para hacer un granizado o en moldes de helado, para disfrutar cuando queramos de un helado saludable y sin azúcares añadidos.
También podemos hacer mermeladas, jaleas o chutneys, que podemos elaborar dejando macerar durante unas cuantas horas la pulpa del melón con cebolla, azúcar, vinagre, zumo de limón y especias al gusto. Lo ponemos a cocer un rato tapado a fuego suave y después a fuego fuerte y sin tapar, removiendo constantemente para que acabe de espesar. La mezcla se debe poner en potes y esterilizarlos para que se conserve.
Con respecto a la parte blanca de la piel del melón, pelando con un pelador la parte más externa, la podemos utilizar, igual que la de la sandía, para hacerla confitada.