Los centros educativos se encuentran para avanzar hacia menús más saludables y reducir el desperdicio alimentario

El 3.º Encuentro de la Comunidad Comedores Escolares Más Sanos y Sostenibles (MEMSS) abrió el debate sobre las estrategias para garantizar la viabilidad de los menús saludables y sostenibles, y permitió compartir experiencias exitosas de reaprovechamiento de comida en los centros.

Participants a la 3a trobada de la comunitat Menjadors Escolars Més Sans i Sostenibles
04/04/2025 - 10:47 h - Comercio y mercados Ajuntament de Barcelona

El Mercado de Sant Andreu acogió, la mañana del miércoles 26 de marzo, el 3.º Encuentro de los Comedores Escolares Más Sanos y Sostenibles (MEMSS). Docentes, gestores de empresas de restauración, personal de cocina, de monitorización y miembros de las AFA participaron en la jornada, con una treintena de representantes de los 33 centros educativos que forman parte del programa este curso.

Este es ya el cuarto año de funcionamiento del programa, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Agencia de Salud Pública de Barcelona, con el apoyo del Consorcio de Educación de Barcelona. Su objetivo es promover una alimentación infantil más equilibrada, saludable y sostenible en los centros educativos, ofreciendo asesoramiento, recursos, información y formación personalizada, adaptada a las características y necesidades de cada centro.

Aunque el trabajo se lleva a cabo durante todo el curso, hay una cita destacada en el calendario: la jornada conjunta de centros educativos. Su finalidad es crear un espacio de encuentro y trabajo colaborativo para compartir experiencias, retos y dificultades en torno a las temáticas propuestas por los propios participantes. Este año, se abordó el reto de garantizar menús más saludables y sostenibles sin incrementar su precio, así como experiencias exitosas para reducir el desperdicio alimentario con la implicación activa del alumnado.

“Un encuentro presencial facilita que surjan más debates e ideas, y también nos permite identificar las inquietudes compartidas y los temas que podemos trabajar para mejorar el asesoramiento”, explica Carles Soler Novàs, de la secretaría técnica del proyecto.

¿Es posible un menú saludable y sostenible sin incrementar su precio?

La primera parte de la jornada se centró en debatir los principales retos y dificultades, pero también las ventajas y estrategias más eficaces para ofrecer un menú basado en productos saludables, de proximidad y de producción agroecológica, manteniendo un precio asequible.

A través de un juego de rol, las participantes —organizadas en grupos— adoptaron diferentes perspectivas (optimista, pesimista, intuitiva, creativa, objetiva o pragmática) para preparar argumentos y luego contrastarlos con el resto. Desde diagnósticos y propuestas hasta recursos y experiencias de referencia, el ejercicio generó red y dinamismo colectivo.

Un enfoque transversal y más recursos

Durante el encuentro se destacaron las recomendaciones sobre planificación de menús del Programa de Revisión de Menús Escolares (PReME), impulsado por la Agencia de Salud Pública de Cataluña y la Agencia de Salud Pública de Barcelona. También se puso en valor la necesidad de implicar a toda la comunidad educativa en la transformación del espacio del mediodía: tan importante es la formación y alineación del equipo de monitorización como la disponibilidad de recursos físicos que acompañen el cambio.

Entre los principales retos señalados destacan las dificultades para abastecerse de productos de proximidad y temporada durante todo el año y en las cantidades necesarias, su coste, el impacto económico de ampliar las horas del personal de cocina, la necesidad de adaptar la maquinaria, o el hecho de que la cultura gastronómica todavía no acepta de forma generalizada la proteína vegetal.

Ejemplos de éxito: menos proteína animal y más participación

El espacio de debate también permitió compartir buenas prácticas que pueden inspirar a otros centros, como los huertos escolares y urbanos con participación del alumnado, la organización de jornadas gastronómicas, la consulta a los niños mediante encuestas y su implicación en la toma de decisiones, o la invitación a las familias para que acudan a comer a los centros y conozcan de cerca su funcionamiento.

La Escola Mercè Rodoreda, que participa en el MEMSS desde sus inicios, recoge muchos de estos ejemplos. Cristina López, docente del centro y coordinadora del área de salud física y emocional, explicó algunos de los cambios ya consolidados: la introducción del pan integral, la eliminación de la proteína animal en los primeros platos y la incorporación, algunos días, de proteína vegetal en los segundos, como, por ejemplo, con el falafel.

“La aceptación ha sido fácil entre los niños más pequeños, pero ha costado más con los mayores y con las familias. Por eso hemos creado una comisión de comedor en la que participan los propios niños para hacer pedagogía, y hemos invitado a las familias a degustar los platos”, explica López. Además, añade que “hay que dar el paso hacia una alimentación más saludable, tanto por salud como por sostenibilidad. Los cambios cuestan, pero el soporte técnico que recibimos nos facilita mucho el camino”.

El alumnado diseña acciones de reaprovechamiento alimentario

La jornada concluyó con la presentación de buenas prácticas. Raquel Pineda, directora del Modelo Educativo No Formal (MENOF) de la Escuela Jesuitas de Gràcia, explicó cómo el propio alumnado, con el apoyo del profesorado, puso en marcha una iniciativa de reaprovechamiento alimentario enmarcada en su proyecto “Piensa, come y actúa”.

Primero realizaron un estudio sobre la producción y el consumo en el centro y, a partir de la formación recibida por parte de Microredes de Escuelas + Sostenibles, elaboraron un plan de acción con propuestas de mejora. Así, por un lado, se optimizó la producción, y por otro, la comida sobrante se recoge en fiambreras que se reparten a personas en situación de vulnerabilidad del barrio. Además, la difusión de sus aprendizajes al resto del alumnado y a las familias es también una línea de acción clave para crear conciencia.