Hacer frente a la crisis climática a ojos de los y las productoras de alimentos

Hablamos con responsables de explotaciones agrícolas, ganaderas y pesqueras para saber de cerca que hacen y qué necesitan para adaptarse al cambio climático.

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12/03/2024 - 16:43 h - Emergencia climática Ajuntament de Barcelona

Las personas que producen los alimentos que comemos sufren de primera mano las consecuencias de la crisis climática. Dificultad para hacer crecer el ganado, cultivos que no florecen cuando tendrían que hacerlo, o un nuevo ecosistema marino son algunas de las situaciones sin precedentes a las que se tienen que enfrentar responsables de explotaciones agrícolas, ganaderas y pesqueras. Hoy hablamos con Mireia Alonso y Josep Canal, fundadores de Bec d’Or y especialistas en la cría del gallo Pata Negra ecológico; Gilad Buzi, responsable agronómico de Aurora del Camp; y Anna Bozzano, investigadora marina y fundadora de El peix al plat.

Bec d’Or: una granja de pollos a prueba de inclemencias climáticas

En la granja de Bec d’Or, Mireia Alonso y Josep Canal crían gallo Pata Negra ecológico desde 2022. Al iniciar el proyecto, quisieron asegurarse de que su práctica agrícola cumplía unos máximos de sostenibilidad y eficiencia energética. Las medidas que adoptaron entonces les sirven ahora para ser menos vulnerables a las situaciones climáticas extremas.

Para promover el ahorro de recursos, los nidos y las naves donde pernoctan los gallos están diseñados para minimizar la pérdida de calor y el consumo de agua a la hora de limpiarlos. A todo eso, se suma que la granja también dispone de un sistema fotovoltaico que los hace autosuficientes durante la mayor parte del año, y de mecanismos de aislamiento térmico y recogida de agua fluvial y reaprovechamiento, que los ha hecho más resilientes a las restricciones por sequía.

Las razas autóctonas, clave en la adaptación al cambio climático

Estas medidas ayudan a velar por el bienestar de los gallos Pata Negra, una raza de crecimiento lento que necesita más tiempo y recursos para ser óptima para la venta. Ha sido precisamente a la hora de adquirir el alimento de los pollos cuando más acusados han sido los efectos del cambio climático: “Hemos notado una menor disponibilidad y encarecimiento de los recursos alimentarios a causa de la disminución de la producción agrícola”.

También han observado que durante las olas de calor del verano los pollos comen menos y eso repercute en su crecimiento. No obstante, Mireia y Josep afirman que trabajar con razas autóctonas es clave a la hora de afrontar las consecuencias de la crisis climática en la ganadería, ya que su adaptación a los cambios en el entorno es mejor que la de las razas extranjeras.

Aurora del Camp apuesta por la innovación técnica para hacer frente al cambio climático en la agricultura

Gilad Buzi es gerente y responsable agronómico de Aurora del Camp, en el Maresme, pero también ha inventado sistemas para mitigar y adaptar las explotaciones agrícolas al cambio climático. Aurora del Camp se fundó en 2010 y durante los primeros dos años trabajó con las bases de la agricultura convencional, hasta darse cuenta que un cambio de sistema era necesario si querían producir con éxito durante la crisis climática.

La solución exige añadir materia orgánica al suelo

Las nuevas prácticas introducidas por Gilad no solo proporcionan un suelo que se adapta a las inclemencias climáticas, también aumentan la productividad. El sistema se basa en introducir materia orgánica en el suelo y reducir de manera drástica el movimiento del suelo a la hora de cultivar.

Buzi explica que, “al añadir vida al suelo, conseguimos que tenga la capacidad de autorregularse. Además, dobla la capacidad de retención de agua y aumenta el carbono secuestrado”. De esta manera, en Aurora del Camp han hecho que sus cultivos necesiten mucha menos agua para crecer y que, cuando llueva, el agua se infiltre y quede retenida en el suelo. Eso ha hecho que ahora se sientan mucho menos presionadas por las restricciones del estadio de emergencia por sequía.

Sí que han notado afecciones en la cosecha, y saben que tendrán que adaptar la metodología y los cultivos cuando los golpes de calor sean más severos, pero su tejido de producción formado por semillas autóctonas facilitará la adecuación.

La pesca en Cataluña, camino hacia la sostenibilidad haciendo frente a los retos que implica la crisis climática

Para valorar el impacto del cambio climático en la pesca, hablamos con Anna Bozzano, fundadora deEl peix al plat. Anna hace 20 años que estudia la biología de las especies de interés pesquero y explica que lo que para los humanos es una variación de solo medio grado o un grado de temperatura es determinante para la supervivencia, con normalidad, de los organismos marinos. Las variaciones de temperatura u olas de calor marinas desencadenan variaciones en el pH del agua y alteran el fondo marino.

La subida de la temperatura ha ocasionado un cambio en el ecosistema mediterráneo. Algunas especies autóctonas, como la caballa, se han marchado a aguas más frías; y otras, más habituadas a las aguas cálidas del sur, son cada vez más habituales en nuestras playas. Un ejemplo es la alacha. Sin embargo, para los organismos que no se pueden mover, como la gorgonia, que se encuentra arraigada en el fondo marino, el aumento de las temperaturas es mortal.


La protección de la pesca tradicional

Hace tiempo que se trabaja para resolver problemáticas causadas por la crisis climática, como la proliferación del cangrejo azul en las costas catalanas. Por ejemplo, se ha impulsado un Comité de Cogestión con todas las partes implicadas que, entre otras propuestas de actuación, promueve la demanda del mercado para cubrir la sobrepoblación de la especie invasora.

También se ha creado un grupo de trabajo en el Instituto de Ciencias del Mar sobre la gestión responsable y sostenible de la pesca, volcado a mejorar las prácticas pesqueras sin perder ninguna de las técnicas que se practican ni sacrificar puestos de trabajo.

Igualmente se promueve el relieve generacional y la inclusión de los jóvenes en el oficio, que aboga cada vez más por la sostenibilidad: “La pesca que se practica en Cataluña está dando pasos hacia un modelo más sostenible. Todavía no es perfecto, pero aquí se está haciendo mejor que en otros lugares, como Italia”, sentencia la bióloga.

En este sentido, se ha creado la Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible Barcelona 2030, el principal objetivo de la cual es tener un sistema alimentario transparente, participativo, resiliente, seguro, con relaciones justas y equitativas, inspirado en la agroecología, que haga frente a la emergencia climática y la crisis de extinción, y que prevenga las pérdidas y el despilfarro alimentarios.

Entre los objetivos que más destacan de la Estrategia para hacer frente a la crisis climática encontramos: incrementar la producción, la venta y el consumo de alimentos de temporada, de proximidad, ecológicos, de pesca sostenible y con bienestar animal, así como la distribución en cadenas más cortas, justas y equilibradas; aumentar la resiliencia del sistema alimentario y garantizar el derecho a una alimentación saludable y sostenible; i combatir la emergencia climática y la crisis de extinción.

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