Sandía

La sandía es la fruta con mayor contenido de agua, casi un 95% de su peso es agua. Sus orígenes se remontan al antiguo Egipto hará unos 5.000 años, pero poco a poco se fue expandiendo hasta que los árabes la introdujeron en la península.

Imatge
Síndria
  • Gracias a su alto contenido en agua, la sandía es uno de los alimentos más hidratantes que existe. Un par de trozos de sandía pueden llegar a equivaler a un vaso de agua. Es rica en vitaminas y minerales, y por ello ayuda en una serie de procesos metabólicos:

    • Mantenimiento de la piel.
    • Crecimiento y mantenimiento de la estructura ósea.
    • Regulación del sistema nervioso central.

    Además, posee efectos diuréticos y depurativos, ayuda a prevenir problemas cardiacos, etcétera.
     

  • Principalmente se ha utilizado como un componente de los postres, sin embargo, desde hace unos cuantos años se ha incrementado su uso en platos más de cariz “salados”, como por ejemplo, a la plancha o en ensaladas.

  • Aparte de todo tipo de gazpachos veraniegos, en los que la sandía se combina con tomate, fresas, melón, remolacha u otras verduras, y aromatizados con menta u otras hierbas como la albahaca, podemos hacer una conserva con la piel (mejor con restos de carne) dejándola reposar cubierta con una mezcla de agua con sal toda la noche. Al día siguiente se mezcla con agua, vinagre de sidra, azúcar, canela en rama, una cucharadita de semillas de mostaza y, si se tienen, 2 clavos. Tapar y hervir unos 30’, destapar y dejar reducir 5-10’ hasta que la piel se vuelva transparente. 

    También podemos hacer piel de sandía confitada para añadirla a un bizcocho, plum-cake, roscón de Reyes, o a otras especialidades. 
    Como curiosidad, podemos preparar la parte verde de la piel de la sandía cortada muy fina y freírla como chips.