Níscalo (y otras setas)

Es un hongo comestible de la familia Russulaceae, que crece en pinares y bosques mixtos.

También se lo conoce como la seta de los mil nombres, porque en las diferentes regiones se lo denomina de distintas formas. Por ejemplo, en Cataluña es conocido como rovelló o pinetell, mientras que en Castilla se le llama níscalo, mícula y nícalo.

Imatge
  • El níscalo no solo es una de las setas silvestres más abundantes sino que posiblemente sea también el más saludable desde un punto de vista alimentario.

    Se trata de un hongo de sabor y textura excelentes. No aporta nada de grasa y es una fuente de fibra y de vitamina C, calcio, fósforo, vitamina K y vitamina D.

  • Podemos consumirlo crudo o guisado, pero es necesario limpiar muy bien cada pieza sin ponerla directamente bajo el grifo ni sumergirlo en agua para que cojan humedad en ese proceso.

  • Las hay muy variadas y con muchas posibilidades. Algunas se pueden preparar crudas, en forma de carpaccio, como los boletos, cuando son pequeños y jóvenes (con zumo de limón, aceite de oliva y parmesano). También podemos saltearlas en la sartén y ponerlas en ensaladas (camagrocs y trompetas amarillas) o hacerlas a la brasa, para acompañar la carne. Las hay ideales para las tortillas y también podemos añadirlas a risottos, quiches y lasañas.

    Las setas son fáciles de conservar durante meses si están bien secadas al sol o si se congelan después de cocinarlas. En casa, se pueden secar ensartándolas con hilo y aguja y colgándolas sobre un radiador o en un lugar seco y ventilado. Para rehidratarlas, bastará con sumergirlas en agua hirviendo y escaldarlas unos minutos. ¡El agua que utilizamos para rehidratarlas adopta un color y un sabor que vale la pena aprovechar para preparar un caldo o para guisar!